En México se registran porcentajes alarmantes en la realización de operaciones cesáreas injustificadas. Pedirlas es casi tan fácil como pedir una pizza. Nosotros nunca tuvimos dudas, queremos para Lucio la chamba completa, el camino largo, el estira y afloje. Lo difícil incluso no es decidirlo, sino encontrar al personal médico y el hospital que ofrezcan la opción. Por más de un mes hemos descubierto con horror que no sólo las madres piden una cesárea: también los médicos de forma tendenciosa explican cada vez más las ventajas y desventajas de esta cirugía. Ya estamos en la recta final y la hora de tomar decisiones serias ha llegado. Todo esto ha traído consigo una coordinación de equipo fantástico entre Mamá de Lucio y yo. Somos como un poderoso músculo perineal alistado para el parto.


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