jueves, enero 12, 2006

Abdomen globoso con útero gestante

Hace ya varios días Lucio descansa sobre la vejiga de Mamá. «Muévete niño. No, Lucio, me duele, me duele. ¡Me haces cosquillas!» A medida que crece también se mueve con movimientos cada vez rudos. Se impacta con ganas por todas las paredes del útero, al sur con la vejiga, al norte con los intestinos, al este con el hígado y al oeste con las costillas. Con 26 semanas y más de un kilo, el nado libre en el abdomen globoso con útero gestante de mamá es cada día más difícil. Me pregunto si ya pensará o soñará. ¿Cómo podría? No ha visto el mundo, lo único con lo que ha convivido hasta ahora es con el cordón umbilical, seguro salta la cuerda con él si no es que se pica los ojos de aburrimiento. Leímos que los gases intestinales lo arrullan. Me queda claro que se acostumbró al ruido, porque prácticamente no deja de moverse y estirarse durante todo el día y noche. Son pocos los ratos en que Mamá de Lucio logra concentrarse. Se ha pasado muy rápido el tiempo. Extrañaré poner mi mano en la barriga redonda a esperar señales de acción. Mamá de Lucio comienza a pedir esquina.

TIEMPO FUERA No es necesario golpear, ya entendí.

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