martes, diciembre 20, 2005

Al final, todo quedó en familia

Siempre es bueno tener un doctor en casa, y un arquitecto, y un abogado... y claro, una periodista. Mamá de Lucio, como ya es tradición, arremetió contra los textos del blog... Esta vez no fue necesario escoger entre besarme o llorar por las faltas de ortografía. Cariñosamente exclamó: «Mi amor, tienes muchos dedazos». Con su amable temperamento tauriano la correctora/periodista, obsesiva estrella de la pulcritud sintáctica, dejó limpiecitos de errores los textos que algún día Lucio leerá. «Mi vida, ¿no ves que esto no me indica como el Word mis fallas?».También dejó subsanadas mis finanzas y presionó lo necesario para arreglar el cinturón de seguridad del auto que, descompuesto por meses, nos obligó a enlazar nuestros destinos con un solo broche. En general enderezó mi vida, me dio sosiego y me llevó a especializarme en su amor. Me ha llevado a los extremos del enojo acompañados de exuberantes reconciliaciones. Disfrutamos en un día como hoy hace un año, en un lugar condesero que prefiero no recordar, con una espantosa ensalada, de las dulces hieles del desamor. Hoy hace un año me aclaró que no debía hacerme ilusiones y mucho menos aspirar a su amor... ¡Ja!... No te metas con un piscis enamorado, porque lo amarás.

¡DIOS! No puedo vivir sin su amor

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