viernes, diciembre 16, 2005

Anoche lo sentí moverse


Poco a poco voy acumulando un listado selecto de emociones. Algunas lacrimógenas, otras escalofriantes.
Anoche Mamá de Lucio no pudo conciliar el sueño hasta tarde. «Ya duérmete, Lucio. ¿Qué te pasa?».
Con frecuencia, un abrazo cálido calma a Mamá y ahora a Lucio. Normalmente mi mano recorre su barriga firme y redonda hasta que suspira hondo y el cansancio la vence. Anoche en el silencio de nuestra habitación, repentinamente un escalofrío me recorrió por la palma hasta el codo. Como una descarga. Siempre me burlé de las románticas descripciones que los padres hacen de sus hijos y sus primeros contactos, de sus conexiones. Hoy me como mi palabras. Hoy ya cuento, con emoción, un «Lloré la primera vez que lo vi en el monitor», un «Me estremeció la idea de nunca verlo», incluso un «Me emociona la idea de esperar un hijo contigo» y por supuesto un «Anoche te sentí en la barriga de tu madre».

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